jueves, 25 de diciembre de 2008

MI PRIMERA IMPRESION



Tenía entre 12 y 13 años y empezaba la curiosidad sexual a aparecer en mis fantasías. Sentir erecciones que luego llevaban al éxatasis parecía cosa de todas las noches.

Yo visitaba la casa de mi amigo, que parecía delicado, nunca se atrevía a jugar fútbol o deportes fuertes.

Todo hacía presagiar que el era un buen partido, pero más estaba preocupado en las mujeres que en un compañero que le admiraba.

Entraba a su casa y me paseaba por ella como si fuera la mía. Y no tenía temor en recorrer sus escaleras o cuartos para jugar o buscar algo.

Parecía mi vida sería siempre igual, pero Renato, el hermano de mi amigo,la haría cambiar. El era un hombre apuesto, bien formado y de unos 20 hermosos años. Le gustaba hacer ejercicio en su habitación,hasta sudar copiosamente.

De pronto, un día que me paseaba por su casa, causo mi primera imagen gay.

Todo desnudo se paseó ante mi mostrándome su erecto pene, invitándome a probar sus delicias íntimas.

Yo asustado, corrí a casa, la primera vez, y soñé toda esa noche con él.

Me dije, al dia siguiente, esto no puede ser, no puedo dejar pasar otra oportunidad, y volví, esa misma noche, a la hora que acostumbraba hacer sus ejercicios.

Le espere y miré desde la puerta, atisbando su sexualidad. Me mostro otra vez, su gran polla colorada. Era mi oportunidad y mi sueño.

Me acerqué y coji sus huevos, deliciosamente entre mis manos; senti su erecta piel, toda tersa y humeda. Entre mis manos tenía ahora el fruto del deseo. Ahora estaba seguro de lo que queria, y quise comerlo.

Todo dentro de mi boca, lo movio freneticamente. Con mi lengua le acaricie delicadamente su pollla y le bese cuidadosamente. Luego de un rato, nos besamos y tocamos con fruiccion. Era muy apuesto y esa fue la culminación de mi primera impresión.

Ahora sabía que era gay, que era lo que quería y todos los días le satisfice como quizo, me penetro mil veces y fui su puta arrecha. Le di de comer y le agrade, con una sensualidad rara, para un chico tan menor como yo, pero atisbaba en mi, el despertar de un apetito devorador.

Pasaron los años y se caso, pero cada vez que puede me busca porque sabe que tengo una boca golosa, capaz de meterme cualquier polla y hacerla erupcionar de tanto deseo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buen relato. te invito a mi blog, creo que te gustará: http://fincadehombres.wordpress.com/